La respuesta es que no hay dos días iguales, los estudiantes traen cada día su historia personal, quizás algún sueño que tuvieron, un libro que le regalaron, o alguna historia que contar (¡ayer se me cayó un diente!). Las criaturas se mueven espontáneamente en función de sus intereses.

En función de la edad, puede que exploren o desarrollen alguna actividad en algún ambiente de su interés (ambiente de tecnología, de lógica matemática, de artes, de música, de comunicación, de ciencias, de huerto, etc.), o puede que jueguen a que son guerreros, princesas, que están cuidando a sus bebés, o que tienen que escapar de un peligroso gigante. Este momento es muy importante para encontrar temas de interés, que posteriormente se podrán convertir en proyectos personales o grupales.

Hay otro momento destinado a los talleres y a los proyectos de interés donde se abordan contenidos más estructurados. Algunos ejemplos de talleres pueden ser: taller de carpintería, de parkour, de experimentos, de música, de teatro, de baloncesto, de baile, talleres de aritmética, de creación literaria, etc. Algunos ejemplos de Proyectos pueden ser: proyecto de supervivencia en el bosque, proyectos de historia sobre mitología griega, sobre armas de tortura en la edad media, etc.

A lo largo de la semana hay una asamblea de niños y niñas donde decidimos y acordamos algunas normas, y varios círculos donde nos reunimos para compartir algo al grupo.

Le damos mucha importancia al compromiso y a la responsabilidad, con los objetivos que cada estudiante se va proponiendo. Cada dos semanas los tutores acuerdan una reunión individual con sus estudiantes para fijar objetivos, analizar sus relaciones con sus compañeras y compañeros, y reflejar todo esto en un horario personalizado para cada estudiante.